10 mitos sobre la toxina botulínica

10 mitos sobre la toxina botulínica

A pesar de su amplio uso en la práctica clínica, siguen existiendo concepciones erróneas sobre la toxina botulínica y su aplicación estética. A continuación, desmitificamos los errores más comunes en torno a  este valioso tratamiento:

  1. "La toxina botulínica es peligrosa": Esta noción carece de fundamento, dado que las dosis utilizadas en tratamientos faciales son mínimas y seguras.
  2. "Quedaré más arrugado después de que desaparezca el efecto": Todo lo contrario, el tratamiento permite la regeneración de la piel al relajar los músculos.
  3. Puede provocar adicción y mayor necesidad de dosis": No existe dependencia física y, con el tiempo, las dosis necesarias disminuyen.
  4. "Paralizará mi rostro y me dejará inexpresivo": Sólo en casos de dosis excesivas pero, con la aplicación adecuada, se mantienen las expresiones naturales.
  5. "Los famosos lucen poco naturales después del tratamiento": La aplicación correcta no produce resultados negativos, a diferencia de otros procedimientos invasivos.
  6. "Puede causar parálisis facial unilateral": Falso, esta afección es independiente de la toxina botulínica.
  7. "Podría dejar secuelas irreparables": Los efectos secundarios son raros y reversibles.
  8. "Genera atrofia y flacidez en la piel": Aunque afecta la fuerza muscular, no influye en la calidad de la piel.
  9. "Puedo quedar asimétrico": La asimetría es corregible y temporal si se debe a errores en la aplicación.
  10. "Puede enfermarme fácilmente": Su efecto es local y no compromete al sistema inmunológico.