¿Cómo se relacionan los radicales libres con el envejecimiento?
¿Qué es el envejecimiento?
Es la pérdida progresiva de las funciones óptimas de un organismo con el paso del tiempo, es decir, es el declive de las funciones fisiológicas. Este proceso tiene dos variantes, la primera es aquella que se produce por el propio desgaste secundario de procesos esperados dentro de un organismo y se conoce como “envejecimiento biológico”; la segunda es el “envejecimiento patológico” que se caracteriza por estar acompañado o causado por enfermedades adquiridas.
Teorías de los radicales libres
Cualquier teoría del envejecimiento debe explicar las diferentes bases bioquímicas, de longevidad y el mecanismo de cómo estas acortan o extienden la vida media. En esta ocasión nos centráremos en la relacionada con la producción interna y externa de radicales libres.
La teoría de Radicales Libres de Harman nos habla de cómo las especies reactivas de oxígeno y nitrógeno, o radicales libres, afectan directamente la funcionalidad de las células, lo que lleva al debilitamiento de los tejidos, propiciando así, el envejecimiento y la muerte. No todo es negativo con estas sustancias, ya que de manera natural tienen funciones en el organismo como la de bactericida y vasodilatación, sin embargo, las alteraciones que producen a nivel molecular en los lípidos, proteínas y DNA que generan lo que se conoce como estrés oxidativo, es un aspecto importante, que afortunadamente se puede mediar, ya que es directamente proporcional a la cantidad de radicales libres producidos y a los mecanismos neutralizantes o antioxidantes y de reparación.
El origen de los radicales libres proviene de vías dentro y fuera del organismo. Como principal fuente interna, está la respiración celular en las mitocondrias, donde se produce el radical superóxido, por la enzima superóxido dismutasa, que da agua oxigenada, la cual puede reaccionar formando hidroxilo, que es un radical fuerte.
La segunda fuente interna, es el sistema del Citocromo P-450, que forma parte de los pasos para eliminar sustancias tóxicas del organismo o detoxificación, transformándolas en sustratos que pueden ser excretados fácilmente por la orina. Es un proceso fundamental del metabolismo, pero al mismo tiempo es un generador de radicales libres como peróxido de hidrógeno y superóxido. Este sistema está ubicado principalmente en el hígado y en menor proporción en el intestino.
Las vías anteriores propician un estado de inflamación crónica caracterizado por un círculo vicioso entre estrés oxidativo-inflamación, que es la causa de muchas enfermedades degenerativas.
Por otra parte, tenemos las fuentes externas de radicales libres, lo que nos hace recordar el papel vital del ambiente en el proceso de envejecimiento. Algunos agentes causantes de estrés oxidativo son la radiación UV, contaminantes de agua y suelos (como los metales pesados y pesticidas), humo de tabaco, algunos medicamentos y aditivos alimentarios. Las vías principales de entrada al organismo son por la piel, ingesta e inhalación.
Con todo lo mencionado anteriormente sabemos que la salud, la velocidad de envejecimiento y el riesgo de padecer ciertas enfermedades, depende de la respuesta biológica, hábitos y entorno de cada persona. Por ejemplo, conocemos que el sistema citocromo P-450 y la respiración mitocondrial, son procesos necesarios, pero también que podemos reducir al evitar alimentos fritos y con la menor cantidad de aditivos posibles, así como de medicamentos innecesarios, tabaquismo y sedentarismo.
En el Diplomado en Medicina Estética del CEEI podrás conocer la forma de prevenir o retrasar la aparición de algunas características del envejecimiento, por medio de acciones preventivas y diversos tratamientos, mínimamente invasivos.
Bibliografía
Garzón Rodríguez C, Ayala Gómez A. Toxicidad ambiental y envejecimiento. Medicina Estética. 2023;77(4):33‑39. https://doi.org/10.48158/MedicinaEstetica.077.04