Es en corea del sur donde hace años surge el término de mesobotox o microbotox para hacer referencia a la aplicación de toxina botulínica tipo “A” (TxB-A) reconstituída con mayor cantidad de solución fisiológica que la convencional y para inyectarse intradérmicamente con la finalidad de que su efecto sea más suave.
Está técnica surgió por la necesidad de utilizar TxB-A para otras indicaciones como son el de mejorar arrugas muy finas como las inferiores al párpado, tratar arrugas debajo del ecuador de la frente sin generar seudoptosis, tratar el código de barras sin afectar la función bucal, para mejorar el poro facial e incluso para complementar el tratamiento de la rosácea.
Antes | Después |
A pesar de todas las indicaciones anteriores, la mercadotecnia empezó a utilizar la técnica de microbotox para acuñar el término de baby botox para un efecto estético de suave relajación en la mímica del rostro, con el fin de vender la idea de ofrecer al paciente un efecto muy natural, sobre todo para aquellas personas quienes tienen miedo o la creencia de que al aplicárseles TxB-A pueden quedar paralizadas o sin gesticulación.
Y el término de barbie botox, última forma con que se está comercializando a la TxB-A nace a partir de la película de Barbie en el 2023, popularizándose, con la finalidad de vender un tratamiento referente a la atrofia de los músculos trapecios para generar una sensación de que el cuello luzca más largo al disminuir el tamaño de esta musculatura.