La fuerza perjudicial que ejerce la musculatura bucal por hábitos nocivos o no fisiológicos, como la extrusión o intrución labial y contracción del mentón, puede afectar durante la infancia al desarrollo esquelético de los maxilares y oclusión debido a la parafunción e hipertonicidad que ejerce esta musculatura bucal a nivel óseo y dental.
Este problema puede dar lugar a la maloclusión clase II que se manifiesta por una variedad de configuraciones dentales, esqueléticas y musculares basadas en la posición anteroposterior del maxilar y mandíbula, posición de los dientes maxilares o mandibulares y por su patrón vertical; siendo el retrognatismo la característica más prevalente y la causa para solicitar atención profesional.
Si durante la vida adulta esta parafunción e hipertonicidad muscular bucal permanece, también afectará la función y expresión facial, requiriendo también de alguna intervención para mejorarla, cuando es solicitada por el paciente.
Uno de los tratamientos convencionales en pacientes con este tipo de hábitos y maloclusión ha consistido básicamente en el uso diverso de aparatología ortopédica interceptiva, misma que en ocasiones no es suficiente o efectiva, debido a que en ocasiones el paciente no la utilliza de forma y tiempo adecuados por ser tan molesta. Es por esto, que otra opción terapéutica que puede complementar los tratamientos de aparatología ortopédica interceptiva consiste en la aplicación de toxina botulínica tipo A, en la musculatura peribucal de pacientes con hipertonicidad o hábitos nocivos como la intrusión y extrusión de los labios y contracción permanente del mentón.
La relajación controlada que la toxina botulínica tipo A puede generar al ser inyectada apropiadamente y con las dosis requeridas en el músculo orbicular de los labios, músculos depresores de las comisuras y del mentón, ofrece un beneficio inigualable en pacientes que, por hábitos de hipertonicidad constante en este tipo de musculatura, no pueden mejorar por no usar adecuadamente la aparatología interceptiva. De esta manera, la toxina botulínica puede servir de recordatorio durante meses, hasta que el paciente pueda romper ese hábito, al impedirle contraer dicha musculatura con tanta fuerza y constancia.
Si deseas aprender a aplicar toxina botulínica para este tipo de hábitos nocivos peribucales, te esperamos en el curso de toxina botulínica del CEEI, para capacitarte en este tipo de tratamientos y muchos otros más.
Cruz Hoyos, Gutiérrez Cruz. Guía Clínica de Toxina Botulínica en Odontología. En México Derechos Reservados. 03-2007-02812114400-0