En la constante evolución de la medicina estética, los bioestimuladores inyectables han surgido como una opción para quienes buscan rejuvenecer y mejorar la calidad de su piel, de manera natural.
Los bioestimuladores inyectables son productos que se introducen en la piel para estimular la producción natural de colágeno y elastina, así como proteínas esenciales para la firmeza y elasticidad de la piel; esto es importante porque a partir de los 25 años comenzamos a perder el 1% de colágeno, lo que explica la flacidez y pérdida de la calidad de la piel a edades mayores.
A diferencia de los rellenos dérmicos, que añaden volumen de manera instantánea, los bioestimuladores trabajan en colaboración con los procesos naturales del cuerpo, ofreciendo resultados graduales y más naturales.
En el mercado existen bioestimuladores con los siguientes principios activos:
- Policaprolactona
- Hidroxiapatita de calcio
- Ácido poliláctico
Los dos primeros bioestimuladores (policaprolactona e hidroxiapatita de calcio) no sólo estimulan la producción endógena de colágeno, sino que también tienen un primer efecto: dar volumen, pues tambien contienen carboximetilcelulosa, del cual carecen las formulaciones de ácido poliláctico. Esto no implica que unos sean mejores que otros, sino que, en aquellos pacientes con deficiencia de volumen, están mejor indicados los productos que contienen carboximetilcelulosa para ofrecer de forma más inmediata el resultado deseado.
La aplicación de bioestimuladores inyectables es un procedimiento que requiere habilidad y precisión. El profesional inyecta el producto estratégicamente en áreas y planos específicos de la piel, activando así la respuesta natural del cuerpo para producir colágeno, con el fin de que aproximadamente en 3 meses, la piel mejore en la apariencia de su textura, vitalidad y firmeza.
Si quieres aprender la dosis y el plano de aplicación de los bioestimuladores, te invitamos a nuestro próximo curso de Bioestimuladores inyectables e Hilos, aquí en el CEEI.