Radiofrecuencia como complemento de la toxina botulínica

Radiofrecuencia como complemento de la toxina botulínica

La búsqueda constante de procedimientos estéticos efectivos ha llevado a la exploración de combinaciones innovadoras para minimizar o potenciar resultados. En este contexto, la sinergia entre radiofrecuencia y toxina botulínica, ha emergido como una estrategia de la medicina estética durante el tratamiento del envejecimiento donde se busca mejorar la atrofia. flacidez, surcos y arrugas del rostro.

El orden ideal para estos 2 tratamientos sería iniciar con todas las sesiones de radiofrecuencia, de preferencia en la totalidad del rostro y posteriormente aplicar toxina botulínica tipo A en los músculos de mayor tonicidad, para que su resultado no disminuya por el aumento en el metabolismo muscular que puede provocar la radiofrecuencia.

La radiofrecuencia aumenta en la epidermis la temperatura entre 40-42°C, lo cual indica que hemos alcanzado los grados centígrados requeridos a nivel de dermis para activar la función de fibroblastos y en consecuencia el aumento de fibras de colágena. Después de unos 3 meses, este efecto traerá como beneficio una mejor firmeza y apariencia de la piel.

Mientras que la radiofrecuencia ofrece el mejoramiento en la calidad y textura de la piel debido a su efecto en el aumento de colágeno, la toxina botulínica por su efecto de quimio denervación con relajación muscular, ayudará a suavizar líneas de expresión, surcos y arrugas dinámicas, ofreciendo una apariencia más jóven.

Es así, como la sinergia de ambos tratamientos, aunados a la enseñanza del cuidado en casa para la piel y la estratégica aplicación de rellenos como complemento,  integran uno de los procedimientos más demandados por su efectividad en  el embellecimieto y rejuvenecimiento de la cara, cuello y escote.

En nuestro diplomado de medicina estética del Ceei, se integran la aplicación de éstos y muchos otros tratamientos de vanguardia para que puedas conocerlo y aprender su aplicación.